Comenzar el mes de Septiembre con una preparación distinta y quizás un poco olvidada. Esta delicia, que se volverá adictiva, es también conocida como "buñuelos de viento". Es una masa levemente frita, muy liviana y muy sabrosa, por lo que no podrás parar de comer unos poquitos.
Si pensaste en hacer esta receta al horno, te recomiendo que saltes esa idea, y sigas la tradición de freírlas. La textura y el sabor serán completamente distintos. Puedes rellenarlas con mermelada, con crema pastelera o simplemente colocarles azúcar impalpable encima y quedarán igual de ricas.
Comenzar tamizando la harina junto con una pizca de sal. Agregar la levadura y mezclar.
En una olla llevar a fuego medio la mantequilla, la leche, el azúcar, y la cáscara de limón. Dejar que se caliente y que comience a salir unas pequeñas burbujas al rededor de la olla. Apagar el fuego, retirar la cáscara de limón y agregar la vainilla.
Con la ayuda de una batidora eléctrica, agregar los líquidos a la mezcla de la harina. Mezclar bien.
Una vez que los ingredientes hayan formado una masa, ir agregando los huevos uno a uno. Batir bien entre cada huevo. Agregar por último la yema
Dejar descansar la masa por 30 minutos, cubriendo la fuente con un papel plástico y en un lugar tibio. Adicionalmente puedes cubrirlo con un paño de cocina.
En una olla grande y profunda, colocar medio litro de aceite vegetal. Mientras el aceite se calienta, comenzar a hacer bolitas con la masa que estuvo descansando. Con cuidado, ir colocando las bolitas en el aceite, e ir girándolas con la ayuda de un cucharón para aceite. Una vez que estén bien doradas por todos lados, retirarlas del aceite y colocarlas sobre papel absorbente para que escurra el aceite excedente.
Cuando las bolitas o "buñuelos" estén listos y estén un poco más fríos, rellenarlos con manjar o alguna crema preferida, con la ayuda de una manga que tenga un difuso de punta larga. Luego espolvorearlos con azúcar flor y ¡a disfrutar!
¡Muchas gracias por visitar la Pequeña Suiza!
¡Disfruta de la receta!